Cuentame al Oido

“Cuéntame al oído,
muy despacio y muy bajito,
porque tiene tanta luz este día tan sombrío.”

Todo empezó hace varios años, cuando lo conocí, era distinto, no sabría como describir como era en ese tiempo. Solo sé que la primera vez que lo vi, pensé: “que raro”. No es que lo fuera, mas tarde me daría cuenta que es una de las personas mas simpáticas a mis ojos.

Se coló a una conversación, de la cual no recuerdo nada, ni siquiera que día fue. Estábamos en la misma facultad, para nosotros era algo totalmente nuevo. Pasaron semanas, siempre uno al lado del otro. Nos hicimos amigos, o eso pensé. No puedo negar que me gustara, de una forma distinta, algo que quería, yo quería ser su amiga.

“Cuéntame al oído,
si es sincero eso que ha dicho
o son frases disfrazadas esperando sólo un guiño. “

Me trataba de una forma especial, me hacía sentir especial, algo a lo que no estaba acostumbrada. Por lo cual estaba a la defensiva, pensaba este está que me gilea, algo querrá, no creo que de verdad le guste ¿Eso no es posible, no? Era el primer chico que se me acercaba tanto, que estaba tan cerca de serlo. Y yo, ¡¡no le creía!! Le decía a mis amigas, que yo no le quería, que era solo mi amigo, que SERIA solo mi amigo, que era un espeso, un fastidioso. Y aunque hacia (según yo) lo posible para no gustarle, seguía ahí. ¡Era un pesado! Más tarde tendría que tragarme mis palabras.

“El cielo acostado detuvo el tiempo en el beso

y ese beso a mí en el tiempo. “

Un lunes llegue temprano para ver el horario que me habían asignado. Para mi sorpresa, tenia clases recién a la una de la tarde. Así que… pasamos la mañana juntos. A la una, llegue a mi clase, y no conocía a nadie, excepto a una chica. Antes de que terminara la clase, el ya me esperaba. Le acompañe, me dijo que tenía algo importante de que hablarme, le seguí a un pasadizo, estaba MUERTA DE MIEDO!!!! QUERIA ESCAPAR. Definitivamente era algo que cambiaria todo. Me abrazo, me quede fría, trate de zafarme, le empujaba y no lograba nada. Entonces me beso. Estaba desesperada, no sabía qué hacer no quería que fuera así, yo esperaba una declaración de puro y sincero amor, antes de mi primer beso. Una de las mayores ilusiones de mi vida, se venia abajo. Decidí que si no hacía nada técnicamente no sería un beso (Que tonta! Bueno en mi defensa diré que era “casi” una niña) Le empujaba, le pateaba a mi enamorado ¿Por qué eso era, no? O quizás era… quizás yo solo era un agarre. Qué Horror!! Reducida a un Agarre! L En ese momento recordé lo que una amiga me había dicho, y era algo así como que no dejara que mis miedos me frenaran. Ahí pensé, ¿Por qué no arriesgarme? ¿Me gustaba? Si ¿Le quería? Bueno algo, no estaba segura, siempre había buscado excusas para no hacerlo ¿Y porque no quererlo? Parecía buen chico, si todo lo que me había dicho antes no eran mentiras. Si me gustaba, porque no quererlo. Entonces cedí, para mí se detuvo el tiempo, solo quería quererlo.

Me soltó, no me dejo decir nada. Solo me dijo: “Solo quería que supieras que en mi tienes a una personas más que te quiere, y que puedes contar conmigo para lo que sea” Una de las declaraciones que más me ha gustado. Solo que se fue, no me dijo si éramos o no enamorados. Me quede recontra confundida, algo atontada. Muchas cosas habían pasado por mi mente tan rápido, y no sabía que pasaría más adelante.

“Cuéntame al oído,
a que sabe ese momento
donde esperan hoy los días en que aquello era un sueño.”

Termino mi segunda clase del día, otra vez me esperaba. Durante esas 2 larguísimas horas, pensé mucho en lo que había pasado, en como cambiarían las cosas, a partir de ese momento. Lo vi, con esos ojos tan inseguros que de pronto me ponían nerviosa. Mi corazón empezaba a latir a mil por hora, le quería mucho, y no me había dado cuenta. Pero quererlo bastaría? Yo quería algo mas. Y estaba segura que con el tiempo lo querría más de lo que pensaba. El camino hacia mi, me dijo que teníamos que hablar. Así que fuimos a otro lado a conversar. Me pregunto lo que pensaba, yo le dije que ni siquiera me había preguntado nada. El me miro con sus ojos tristes y me pregunto ¿Quieres ser mi enamorada? Le mire con cara de suficiencia, me hice a la que pensaba, aunque la respuesta era más que obvia. Y le dije no, el me miro muy triste, le sonreí y le dije que claro que quería serlo. El estaba encantado con la respuesta, me dijo que había estado días pensando en este momento. Me dijo que había tenido mucho miedo.

“Cuéntame el oído,
donde duermen hoy tus miedos,
si aún guardas sus caricias en la caja del recuerdo. “

No se por cuánto tiempo conversamos, agarrados de la mano. Yo pensaba en lo perfecto de ese momento. Nunca lo olvidare. El me contaba que alguien una vez le hizo daño, y que él no pensaba querer más. Pero al conocerme, las cosas cambiaron para él. Me sentí celosa, quien habría sido la tonta capaz de lastimarlo, cuanto el la había querido, o quizás aun la querría? No, el me quería a mí, y eso me hacía sentir demasiado feliz. Era perfecto.

Nunca te olvidare Armando!


PDTA: Todo lo escrito acá es ficticio, producto de escuchar las canciones de la oreja de van gogh.

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